La historia de Filipinas es un tapiz tejido con hilos de diversas culturas y acontecimientos cruciales. Antes de la llegada de los colonizadores, una rica diversidad de pueblos indígenas habitaba el archipiélago.
En 1521, la llegada de Fernando de Magallanes marcó el inicio de una prolongada era de colonización española, que dejó una huella profunda en la identidad filipina.
Tras más de tres siglos de dominio español, la Guerra Hispano-Estadounidense condujo a la cesión de Filipinas a Estados Unidos, introduciendo nuevas influencias y generando un anhelo de independencia.
La ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial infligió gran sufrimiento, pero también fortaleció el espíritu de resistencia filipino.
En 1946, se proclamó la independencia, dando paso a una república que enfrentaría desafíos políticos, incluyendo la dictadura de Ferdinand Marcos.
La transición a la democracia a finales del siglo XX abrió un nuevo capítulo, aunque los desafíos persisten. Hoy, Filipinas es una nación vibrante, con una rica herencia cultural y una mezcla única de influencias orientales y occidentales.
La forma más común y rápida de llegar a Filipinas desde España es en avión.
Dentro de Filipinas:
Otros consejos útiles:
Con más de 7.000 islas, este país ofrece una diversidad que va desde playas de arena blanca y aguas turquesas, ideales para el relax y el buceo, hasta paisajes montañosos y volcanes activos que invitan a la aventura.
La riqueza cultural de Filipinas es otro de sus grandes atractivos. Su historia, marcada por influencias malayas, españolas y estadounidenses, se refleja en su arquitectura, festividades y, por supuesto, en su gastronomía.
Palawan, joya del archipiélago filipino, emerge como un edén para los amantes de la naturaleza y el buceo. Sus paisajes kársticos, salpicados de islas rocosas que se funden con aguas turquesas, crean un escenario de ensueño, ideal para explorar lagunas ocultas y playas vírgenes. selvas exuberantes y montañas escarpadas albergan una fauna y flora únicas, ofreciendo oportunidades para el senderismo y la observación de aves. Además, el Arrecife de Tubbataha, reserva marina declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un paraíso para los buceadores, donde la vida marina florece en su máximo esplendor.
Borácay, un pequeño paraíso filipino, es sinónimo de playas de ensueño y ambiente vibrante. Su joya, White Beach, deslumbra con su arena blanca y fina, bañada por aguas cristalinas que invitan al relax y a la práctica de deportes acuáticos.
Más allá de su belleza natural, Borácay ofrece una animada vida nocturna, con bares y restaurantes que satisfacen todos los gustos. Durante el día, el "island hopping" permite explorar islas cercanas y descubrir rincones escondidos.
La vibrante capital de Filipinas, es un crisol de historia y modernidad. Sus calles bulliciosas narran la compleja historia del país, desde la época colonial española, palpable en la histórica Intramuros, hasta la metrópolis contemporánea que bulle de actividad.
La ciudad ofrece una rica paleta de experiencias: museos que resguardan tesoros históricos, mercados coloridos donde se mezclan aromas y sabores locales, y una escena gastronómica que fusiona tradición e innovación. El contraste entre la arquitectura colonial y los rascacielos modernos refleja la dualidad de Manila.
Bohol, es una isla filipina que cautiva con su diversidad natural, es un destino que ofrece una experiencia única. Sus emblemáticas Colinas de Chocolate, formaciones geológicas que se tornan marrones en la estación seca, crean un paisaje de ensueño.
Además de su peculiar geografía, Bohol es hogar del tarsero filipino, un primate diminuto y fascinante, cuya presencia añade un toque de magia a la isla. Las playas de Alona Beach y otras costas ofrecen aguas cristalinas y arenas blancas, perfectas para el relax y el buceo.
Otros lugares que ver en Filipinas :
Palawan, es un archipiélago conocido por su impresionante belleza natural. Destaca por sus paisajes de islas kársticas, lagunas escondidas y playas de aguas turquesas siendo un destino popular para el buceo y el esnórquel, gracias a sus ricos arrecifes de coral. El Nido y Coron son famosos por sus excursiones de "island hopping" y el Río Subterráneo de Puerto Princesa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una visita obligada.
El Nido, un paraíso enclavado en el norte de Palawan, deslumbra con sus paisajes de ensueño. Sus imponentes acantilados de piedra caliza, que se alzan sobre aguas turquesas y lagunas cristalinas, crean un escenario de postal.
Este destino es famoso por sus excursiones de "island hopping", que permiten explorar islas cercanas, descubrir playas escondidas y practicar esnórquel en arrecifes de coral vibrantes. La belleza natural de El Nido, combinada con su ambiente relajado, lo convierte en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Coron, un archipiélago situado en el norte de Palawan, es un paraíso para los amantes del buceo y la naturaleza. Conocido por sus impresionantes paisajes de piedra caliza, lagos cristalinos y naufragios de la Segunda Guerra Mundial, Coron ofrece una experiencia única y memorable.
Sus lagos, como el Kayangan y el Barracuda, con aguas de tonalidades turquesas y formaciones rocosas espectaculares, son ideales para nadar y hacer esnórquel. Los buceadores encuentran en Coron un tesoro escondido, con pecios japoneses hundidos que se han convertido en arrecifes de coral, creando un hábitat fascinante para la vida marina.
Este río, que serpentea a través de cavernas subterráneas adornadas con estalactitas y estalagmitas, ofrece una experiencia única al navegar por sus aguas en la oscuridad, iluminadas por la luz de las linternas.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este río subterráneo es un ecosistema complejo y fascinante, hogar de una rica biodiversidad. La exploración de sus cuevas revela formaciones rocosas caprichosas y una atmósfera mágica, donde el silencio solo se interrumpe por el murmullo del agua.
Se presenta como un destino ideal para quienes buscan desconectar y sumergirse en la serenidad de la naturaleza. Este tranquilo pueblo pesquero, alejado del bullicio turístico, ofrece playas vírgenes, aguas cristalinas y un ambiente relajado que invita a la contemplación.
Las actividades en Port Barton se centran en disfrutar de la belleza natural que lo rodea. El "island hopping" permite explorar islas cercanas, descubrir arrecifes de coral y relajarse en playas solitarias. Las cascadas escondidas en la selva ofrecen un refrescante escape del calor, mientras que los atardeceres en la playa principal son un espectáculo inolvidable.
Otros lugares que visitar en Palawan :
Es un destino turístico popular para relajarse, practicar deportes acuáticos y disfrutar de la vida nocturna. Después de una época de cierre por su gran afluencia de turistas, a tomado medidas de sostenibilidad para preservar su belleza natural y ofrece una variedad de actividades, desde buceo y esnórquel hasta paseos en barco y puestas de sol espectaculares.
White Beach, el corazón de Boracay, es una franja de arena blanca y fina que se extiende a lo largo de varios kilómetros. Sus aguas cristalinas, que varían en tonalidades de azul turquesa, invitan al baño y a la relajación.
Este icónico destino es famoso por sus espectaculares atardeceres, que tiñen el cielo de tonos naranjas y rosados, creando un ambiente mágico. Durante el día, la playa ofrece una amplia gama de actividades, desde deportes acuáticos hasta paseos en barco. A lo largo de White Beach, se encuentran numerosos bares, restaurantes y hoteles, creando un ambiente animado y vibrante.
Bulabog Beach, en la costa este de Boracay, es un contraste vibrante con la famosa White Beach. Conocida como el paraíso de los deportes acuáticos, esta playa atrae a kitesurfistas y windsurfistas de todo el mundo, gracias a sus constantes vientos y aguas poco profundas.
A diferencia de la tranquilidad de White Beach, Bulabog Beach vibra con la energía de los deportistas, creando un ambiente dinámico y emocionante. Aunque menos concurrida, ofrece una variedad de opciones de alojamiento y restaurantes, manteniendo un encanto relajado.
Conocido popularmente como el "Monasterio de los gatos saltarines", este templo de madera construido sobre pilotes ha ganado notoriedad por su antigua tradición de entrenar gatos para saltar a través de aros. Aunque la práctica de los gatos saltarines ha disminuido en los últimos años, el monasterio sigue siendo un lugar de visita obligada. Alberga una rica colección de imágenes de Buda, provenientes de diversos estilos y épocas, que reflejan la diversidad cultural de la región. El monasterio en sí es un ejemplo impresionante de la arquitectura tradicional intha, con su estructura de madera elevada sobre el agua. Sus tranquilos pasillos y las vistas panorámicas del lago crean un ambiente de paz y contemplación.
Diniwid Beach en Boracay es un lugar de serenidad ofrece un escape tranquilo de la concurrida White Beach con su arena blanca y aguas claras ideal para relajarse y disfrutar del paisaje pintoresco accesible a pie desde la estación 1 cuenta con opciones de alojamiento y es perfecta para quien busca paz.
En esta playa podremos disfrutar de unos atardeceres increíbles y no tendremos prácticamente nadie a nuestro lado, lo que hará la experiencia mucho más única.
Manila, la capital de Filipinas, es una ciudad de contrastes. Su rico pasado colonial se refleja en Intramuros, su ciudad amurallada. La modernidad se manifiesta en sus rascacielos y centros comerciales. La ciudad es una mezcla cultural, con una vibrante escena artística y gastronómica. El bullicio de sus calles es testimonio de su vitalidad. A pesar de su caos, Manila ofrece una ventana a la historia y cultura filipina.
La arquitectura del Fuerte Santiago es una mezcla de estilos, reflejando las diversas etapas de su historia. Se pueden apreciar elementos de la arquitectura militar española, así como influencias de otras épocas. Este fuerte, construido por los colonizadores españoles en el siglo XVI, sirvió como bastión defensivo y centro de poder durante su dominio. Sus muros y estructuras son testimonio de la arquitectura militar de la época. El Fuerte Santiago no solo fue un baluarte militar, sino también un escenario de eventos significativos. Entre ellos, destaca el encarcelamiento de José Rizal, héroe nacional filipino, antes de su ejecución.
La Catedral de Manila, es un bastión de la fe católica en Filipinas y se erige dentro de las históricas murallas de Intramuros como un testimonio de la resiliencia y devoción del pueblo filipino. Su historia está marcada por la reconstrucción, ya que ha sido repetidamente dañada y restaurada debido a desastres naturales, incendios y guerras. La catedral original fue construida a finales del siglo XVI, coincidiendo con la llegada del dominio español a Filipinas y desde sus inicios, la catedral ha enfrentado numerosos desafíos, incluidos terremotos devastadores y el azote de la Segunda Guerra Mundial. La arquitectura de la catedral es neorrománica, con una fachada imponente y un interior ornamentado.
La Iglesia de San Agustín, se erige como un testimonio silencioso de la rica y turbulenta historia de Filipinas. Construida por la Orden de San Agustín entre finales del siglo XVI y principios del XVII, esta majestuosa estructura es la iglesia de piedra más antigua del país, un legado perdurable de la época colonial española.
Su arquitectura barroca, aunque sobria en su fachada, revela una intrincada belleza en sus detalles. Las puertas de madera tallada, las esculturas de leones en el patio y, sobre todo, los frescos tridimensionales que adornan su techo, son ejemplos del esplendor artístico que alberga. Pero la Iglesia de San Agustín es mucho más que una obra maestra arquitectónica
La Casa Manila, es mucho más que un museo; es un viaje en el tiempo que transporta a sus visitantes al esplendor de la época colonial española en Filipinas. Esta reconstrucción meticulosa de una casa del siglo XIX ofrece una visión íntima de la vida de la alta sociedad filipina durante ese período. Al cruzar sus puertas, uno se adentra en un mundo de elegancia y refinamiento. La arquitectura, con su patio central y sus habitaciones espaciosas, refleja el estilo de vida de una familia acomodada. Los muebles de época, cuidadosamente seleccionados, y los objetos de decoración, auténticos o réplicas fieles, recrean la atmósfera de una residencia señorial.
Otros lugares que visitar en Manila :
La isla, enclavada en el corazón de las Bisayas, teniendo uno de sus mayores atractivos son las icónicas Chocolate Hills, un paisaje único que parece sacado de un cuento, donde cientos de colinas cónicas cambian de tonalidad con las estaciones.
Bohol también es hogar de criaturas fascinantes, como los tarsiers, pequeños primates de grandes ojos que habitan en el Santuario de Tarsier Filipino.La isla de Panglao, conectada por un puente, es famosa por sus playas de ensueño y sus arrecifes de coral, ideales para el buceo y el snorkel.
Este fenómeno natural se compone de más de 1.200 colinas cónicas, casi perfectamente simétricas, que se extienden a lo largo de más de 50 kilómetros cuadrados.
El nombre "Colinas de Chocolate" proviene del color que adquieren durante la estación seca, cuando la hierba que las cubre se vuelve marrón, asemejándose a bombones de chocolate. Durante la estación lluviosa, las colinas se visten de un verde exuberante, ofreciendo un contraste igualmente hermoso. Aunque el origen exacto de estas formaciones geológicas aún es objeto de debate, la teoría más aceptada sugiere que se formaron por la elevación de depósitos de coral y la erosión del agua de lluvia.
Es un destino paradisíaco conocido por sus playas de arena blanca y aguas turquesas. Conectada a Bohol por dos puentes, ofrece fácil acceso y se ha convertido en un punto de partida ideal para explorar la región de Visayas.
Panglao destaca por su biodiversidad marina, con arrecifes de coral que atraen a buceadores y aficionados al snorkel. La playa de Alona, con su animada vida nocturna, es uno de los puntos más populares. Además, la isla sirve como base para excursiones a islas cercanas como Balicasag y Virgin Island, famosas por su rica vida marina y playas vírgenes.
Conocido por sus aguas tranquilas y el exuberante entorno selvático que lo rodea, el río Loboc se ha convertido en una atracción imperdible para los visitantes.
Una de las experiencias más populares es el crucero por el río Loboc, donde los turistas pueden disfrutar de un almuerzo buffet mientras navegan por sus aguas. Estos cruceros ofrecen la oportunidad de también admirar la densa vegetación tropical que bordea el río, creando un paisaje de postal.
Además de los cruceros, el río Loboc ofrece otras actividades como paseos en kayak y paddleboarding, permitiendo a los visitantes explorar la belleza natural del río a su propio ritmo.
Este templo católico, uno de los más antiguos del país, destaca por su rica herencia y su arquitectura colonial española. Construida con piedra de coral, la iglesia es un testimonio del ingenio y la destreza de los constructores de la época. Su fachada y su interior exhiben una mezcla de estilos arquitectónicos, reflejando las influencias de las distintas etapas de su historia. Más allá de su valor arquitectónico, la Iglesia de Baclayon es un símbolo de la historia y la cultura filipina y sirvió como centro de evangelización durante la época colonial española.
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