Lituania, con una historia milenaria, emergió como un ducado en el siglo XIII, unificando tribus bálticas bajo Mindaugas, quien fue coronado rey en 1253. El Gran Ducado de Lituania se expandió enormemente, abarcando territorios de la actual Bielorrusia y Ucrania, convirtiéndose en una potencia en la Europa del Este.
En 1386, la unión dinástica con Polonia marcó un nuevo capítulo, culminando en la Unión de Lublin (1569) que creó la República de las Dos Naciones. A pesar de una rica cultura y el establecimiento de la Universidad de Vilna, la influencia polaca creció gradualmente.
Las Particiones de Polonia a finales del siglo XVIII llevaron a la anexión de Lituania por el Imperio Ruso, iniciándose un período de rusificación y resistencia nacional. Tras la Primera Guerra Mundial, Lituania declaró su independencia en 1918.
El período de entreguerras fue de construcción estatal, marcado por tensiones con Polonia por la región de Vilna. La Segunda Guerra Mundial trajo la ocupación soviética en 1940, seguida por la invasión nazi y luego la reocupación soviética hasta 1990.
La resistencia a la ocupación soviética fue fuerte, pero finalmente reprimida. La perestroika en la URSS permitió el resurgimiento del movimiento independentista, culminando con la declaración de independencia el 11 de marzo de 1990, siendo la primera república soviética en hacerlo.
Tras superar desafíos económicos y políticos, Lituania se unió a la OTAN y a la Unión Europea en 2004, consolidando su lugar en la comunidad europea y mirando hacia el futuro como una nación independiente y democrática.
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Otros consejos útiles:
Lituania ofrece un rico patrimonio histórico con la encantadora capital de Vilna y su casco antiguo barroco, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus paisajes naturales varían desde las dunas de arena de la península de Curlandia hasta los tranquilos lagos y bosques del Parque Nacional de Aukštaitija. Kaunas, la segunda ciudad, presume de una interesante arquitectura de entreguerras. El país también cuenta con castillos medievales como el de Trakai, situado en una isla, y una costa báltica con playas de arena
Vilna, la encantadora capital de Lituania, deslumbra con su casco antiguo barroco, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, repleto de iglesias históricas como la Catedral de Vilna y la Iglesia de Santa Ana. La Torre de Gediminas ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad. Pasea por las calles adoquinadas hasta la autoproclamada República de Užupis, un barrio bohemio con un ambiente artístico único. No te pierdas la Puerta del Alba, con su venerado icono religioso. El Palacio de los Grandes Duques de Lituania, reconstruido, narra la rica historia del país. Explora el conmovedor Museo de las Víctimas del Genocidio (KGB Museum) y disfruta de la vibrante vida cultural y la deliciosa gastronomía en sus cafés y restaurantes
El Castillo de Trakai, una joya medieval lituana, se alza majestuosamente en una isla del lago Galvė, ofreciendo un paisaje de postal. Construido originalmente por el Gran Duque Gediminas y reconstruido por Vitautas el Grande, fue un importante centro de poder. Sus murallas de ladrillo rojo albergan un interesante museo que narra su historia. Admira sus torres defensivas y los patios interiores que evocan épocas pasadas. El castillo está conectado a tierra firme por puentes de madera, brindando paseos escénicos. Disfruta de las vistas panorámicas del lago y la naturaleza circundante y descubre la historia de la comunidad caraíta, asentada cerca del castillo. No dejes de degustar los kibinai, pasteles tradicionales caraítas
Kaunas, la segunda ciudad de Lituania, sorprende con su arquitectura funcionalista de entreguerras, única en Europa y con planes para ser Patrimonio de la UNESCO. Su casco antiguo, aunque más pequeño que el de Vilna, alberga la imponente Catedral de Kaunas y la histórica Plaza del Ayuntamiento. El Castillo de Kaunas, en la confluencia de los ríos Nemunas y Neris, ofrece vistas y una ventana al pasado. Explora la vibrante calle Laisvės Alėja (Avenida de la Libertad), repleta de tiendas y cafés. Visita el Monasterio de Pažaislis, una joya del barroco italiano. Descubre el arte de Čiurlionis en su museo. El Noveno Fuerte, un antiguo fuerte zarista, sirve como un conmovedor museo de las ocupaciones.
La Colina de las Cruces, cerca de Šiauliai, es un lugar único y conmovedor donde miles, quizás cientos de miles, de cruces de todos los tamaños se alzan como un símbolo de fe, resistencia y la identidad nacional lituana. A lo largo de siglos, la gente ha dejado cruces por diversas razones: plegarias, agradecimientos, memoria de seres queridos o como acto de desafío durante la ocupación soviética. A pesar de los intentos de destrucción, la colina persistió, convirtiéndose en un testimonio silencioso de la perseverancia espiritual. Recorrer sus senderos entre la multitud de cruces genera una atmósfera sobrecogedora y reflexiva. Es un lugar de peregrinación y un monumento cultural impresionante, que evoca una profunda sensación de historia y devoción.
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